sábado, 10 de octubre de 2009


Sobre el signo

Yo siento fascinación por muy pocas cosas. Y al decir fascinación me refiero casi a obsesión. No lo es por esos límites difusos que uno nunca sabe si están ahí o no, pero lo cree pa' sentirse más pulenta. Pero decía: entre esas fascinaciones se encuentran los signos y sus relaciones, sus significaciones, sus efectos, sus usos, sus prácticas; es decir, la semiótica (en particular, aunque no las únicas, la social y la cultural). Sí, sí, como enleyiste. Es que una de mis mayores “preocupaciones” es el discurso y la construcción de sentido. No porque sea un estudioso del tema, sino por una cuestión objetiva: el discurso da sentido y legitima todas las cosas. Todo aquello que no pasa por el discurso, no existe; la existencia está dada en tanto significación construida, por esto mismo de que la sociedad es un entramado de significación y ésta es construida por los seres humanos. Y que el jamón va con queso y los tallarines con tuco. Es de ahí que deduzco que la madre de todas las batallas es la simbólica. No porque para que un “algo” esté bien baste con decir que está bien, sino porque el discurso significante legitima herramientas para que ese “algo” esté bien, las hace posibles. No, no inventé la pólvora ni el magiclick…
Pero también me interesan las posibilidades del signo. La multiplicidad de signos y significaciones, la contigüidad o no en sus relaciones. La posibilidad de la "no-significación" en la producción (aunque nunca en la instancia de reconocimiento). Cuán "manipulables" pueden ser hasta que se escapan de uno y se convierten en otra cosa, incluso en algo completamente diferente. Es decir, cómo se construyen y se pueden construir. Realmente es un campo sumamente interesante y rico para recorrer. A riesgo de que los amantes de la historieta clásica (aquella sin más estímulos que la diversión, la de temáticas y mensajes simples –aunque no siempre sencillos–, la reticente a la relación historieta-arte e historieta-ciencia) me garseé de acá a fin de milenio, de vez en cuando me meto en estas cuestiones de talla extra large. Ya lo dije alguna vez: mi visión de la historieta es más comunicacional que artística. Ahora, que logre plasmarlo como se debe... hmmm...